lunes, 25 de enero de 2016

No dejes de congregarte (He 10:25)

Por Miguel Rodriguez

INTRODUCCIÓN
Hebreos 10.25
(RV1960) No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Sobre este texto, el pastor Inglés Arthur Pink comento lo siguiente: “Este versículo constituye la transición entre el tema de la perseverancia cristiana, tratados en los versículos 23 y 24, y el de la apostasía, que se desarrolla en el versículo 26 en adelante, aunque está mucho más estrechamente relacionado con el segundo que con el primero.” (Arthur Pink)


(Sobre Arthur Pínk, desde 1925 a 1928 sirvió en Australia, como pastor de dos congregaciones desde 1926 a 1928, donde regresó a Inglaterra, y luego, al año siguiente, a los Estados Unidos. Eventualmente pastoreo iglesias en Colorado, California, Kentucky, y en Carolina del Sur.)

¿Qué quiere decir esto? Qué un párrafo antes de Hebreos 10:25 está hablando de los cristianos, y el párrafo siguiente está hablando de los falsos cristianos que caen en apostasía, y una evidencia de estar cayendo en apostasía es empezar a dejar de congregarse. Apostasía es apartarse de la fe. Un apóstata es aquel que se aparta de la fe. No voy a tratar acerca de la apostasía, ya que nos faltaría el tiempo. Lo que si vamos a ver es la importancia de congregarse, entender que significa Hebreos 10:25 para nosotros los cristianos. ¿Qué significa y que implicancias practicas tiene para los cristianos este texto? Antes de meditar en este texto es necesario ver lo que dice un versículo antes, en Hebreos 10:24.

HEBREOS 10:24
(RV1960) Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.
Y CONSIDERÉMONOS UNOS A OTROS

Considerémonos en el idioma original griego es la palabra: “katanoeo” que significa: “observar completamente” a veces se traduce como: “observar, ver, fijarse en ver, darse cuenta, comprender, considerar, considerar estrechamente, echar, mirar”

Esto quiere decir que debemos:
Observar completamente a los hermanos, ver a los hermanos, fijarnos en los hermanos, comprendernos mutuamente, considerar al hermano.

Pregunto:
¿Acaso tengo que ver como viste el hermano, si vino con polo o camisa, o zapatos o zapatillas? ¿Acaso tengo que ver que ha comido el hermano para criticarle? ¿Acaso tengo que ver como habla el hermano, para ver si no pronuncia muy bien el español o si tiene algún dejo para burlarme de él? No hermanos, no se refiere a ninguna de estas cosas.

Se refiere a: observar su vida espiritual, ver su caminar en Cristo, darnos cuenta de cómo están andando espiritualmente, mirar su crecimiento en la santidad de Dios y en el conocimiento del Evangelio. Nunca con un afán de criticarle, sino con un deseo de ayudar al hermano en su crecimiento espiritual.

Esto quiere decir que debemos de preocuparnos por los hermanos. Y está preocupación debe ser mutua. Debemos ser solidarios para con nuestros hermanos para cuando estén pasando por alguna necesidad. Debemos tratar de ayudar a otros en su vida espiritual. Y esta actitud de consideración hacia los hermanos debe hacerse, según Gálatas, “con espíritu de mansedumbre” (Gálatas 6:1)

Pero si no observamos ni nos preocupamos por la vida espiritual de los hermanos, si no ayudamos a otros en su crecimiento espiritual, si no somos solidarios con los hermanos que estén pasando por alguna necesidad, si no estamos haciendo alguna de estas cosas, estamos pecando, porque no estamos considerándonos los unos por los otros como dice la Escritura. Si no hacemos estas cosas estamos pecando. Es portarse como Caín, el asesino de su hermano Abel. Cuando Dios le pregunto a Caín sobre su hermano: “¿Dónde está tu hermano?” y Caín le responde: “No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” (Génesis 4:9) Quizás muchos de nosotros, respondemos así como Caín, cuando un hermano no viene a los cultos durante la semana, a algunos les da igual si un hermano viene o no viene, a algunos le es indiferente la ausencia de un hermano. Poco a nada les importa si vino o si no vino. Y cuando llega el domingo, y alguien pregunta ¿Alguien sabe del hermano tal? Y respondemos como Caín: No sé, ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? ¿Acaso, tengo que velar por su vida espiritual? Y pareciera tan normal que un hermano deje de congregarse. Pareciera tan normal que ni siquiera llamemos al hermano para saber cómo está.

¿A cuántos hermanos de la congregación has llamado esta semana? Y si no has llamado a nadie: ¿Así dices amar a tus hermanos? Si así hemos actuado hasta el día de hoy, es algo de lo cual tenemos que arrepentirnos y debemos cambiar esta actitud. Así como nos preocupamos por nosotros mismos, en que vamos a comer o vestir, así también debemos preocuparnos por nuestros hermanos, en el ámbito espiritual. ¿Cómo está la vida espiritual de mi hermano?, ¿Qué puedo hacer para ayudarle? Y los que por alguna razón tienen que faltar, solo cuando haiga alguna razón justificable para no venir a los servicios, si es que tienen consideración a los hermanos, deben avisar, de manera que cuando alguien se ausente, todos sepamos el motivo de su ausencia, y su ausencia no nos agarre por sorpresa, o haga tropezar a otros.

Pero ¿Para qué debemos considerarnos los unos a los otros? ¿Para qué debo preocuparme por mi hermano? ¿Para qué debo interesarme por la vida espiritual de mi hermano? ¿Para qué debo hacer todas estas cosas?

La respuesta está en la segunda parte de este versículo:
PARA ESTIMULARNOS AL AMOR Y A LAS BUENAS OBRAS.

Estimularnos al amor es: Incitarnos al amor, Amarnos entre nosotros, Provocarnos al amor realizando actos de amor, Realizar actos de amor para con mi hermano, Ayudar a los demás a demostrar su amor, Ayudarnos unos a otros a tener más amor.

Este estímulo a amarnos entre nosotros no es como lo ve el mundo, ya que el concepto de amor que tiene el mundo es casi siempre de contenido sexual. Este estímulo a amarnos se refiere a lo que Dios dice en su Palabra acerca del amor.

Estimularnos a las buenas obras es: Hacer lo bueno a los hermanos, Hacer el bien a los hermanos.

Esto no quiere decir que no debamos nunca debamos amar o hacer el bien al incrédulo, ya la Biblia dice que debemos amar al prójimo sea o no sea creyente, y también dice que debemos hacer el bien a todas las personas. Pero en este texto, se refiere más que todo a un amor filial y fraternal entre cristianos, personas redimidas por la sangre de Cristo.

Ahora, otra pregunta: ¿Cómo podemos demostrar que nos amamos? ¿Cómo puedo demostrar que amo a mi hermano? ¿Qué mayor acto de amor puedes mostrarle a tu hermano?

La respuesta está en el siguiente versículo:
Hebreos 10:25
(RV1960) “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

(PDT) "Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien. Reunámonos para animarnos unos a otros y con mayor razón ahora que vemos que se acerca el día."

(DHH) “No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.”

Entonces, congregarte es una muestra de amor hacia tus hermanos. Al congregarte estas demostrando cuanto amas a los hermanos. Si no estás congregando fielmente, pregúntate esto: ¿Estás amando a tus hermanos? No puedes decir que amas a tus hermanos, y sin embargo no tienes ningún deseo de congregar con tus hermanos. No puedes decir que amas a Dios, y sin embargo no tienen ningún deseo de congregar con aquellos que Dios ama.

NO DEJANDO DE CONGREGARNOS

Dejando en el idioma original griego es la palabra “enkataléipo” y significa: “dejar atrás, desertar, desamparar, etc.” (Diccionario Hebreo-Griego Strong)

Congregarnos en el idioma original griego es la palabra “episunagoque” y significa: “reunión cristiana para adoración, congregar, reunión, un reunir juntamente, reunir juntos.” (Diccionario Hebreo-Griego Vine)

Podemos decir que: “no hay que dejar atrás este mandato de congregarnos”, “al no congregar estamos desamparando a la congregación”, “no debemos dejar de reunirnos con otros cristianos para adorar a Dios.”

No es una simple advertencia de no dejar de congregarnos como si fuera algo opcional, sino que es una orden clara y debería ser fácil de comprender para cualquier cristiano. Pero este mandamiento es uno de los mandamientos más desobedecidos en el día de hoy por los “cristianos” profesantes. No es posible tener muchos años en la fe, y no haber entendido la importancia de congregarnos. El mensaje de este texto es el mismo mensaje para la iglesia de hoy, es el mismo mensaje para nosotros, es el mismo mensaje para mí, es el mismo mensaje para ustedes, es el mismo mensaje para ti:

“No dejemos de congregarnos” (BAD)
“No dejemos de asistir a nuestras reuniones.” (DHH)
“No dejemos de reunirnos, como hacen algunos” (BLS)

Esto se escribió originalmente para animar a los hermanos para que no dejen de reunirse, ya que debido a la persecución, algunos tenían el temor de ser echados a la cárcel o ser muertos por el Imperio Romano. Ser cristiano era prácticamente un crimen para Roma. Este temor es natural en cualquier persona, pero estas palabras llenaron de fortaleza y animo a los cristianos de aquel tiempo. La persecución que padecieron los primeros cristianos es muy diferente a la de ahora. En la actualidad no tenemos un gobierno que persiga a los cristianos. Por tanto, pareciera innecesario hablar sobre este tema. Aun suponiendo que fuéramos perseguidos, ¿eso sería un motivo para dejar de congregar? Si mañana más tarde, el gobierno decide promulgar una ley donde se aprueba la persecución contra los cristianos, ¿Serías de los primeros en dejar de congregar?, o ¿manifestarías cuanto amas al Señor y a los hermanos? ¿Serías de los que deja de congregar para siempre o de los que nunca dejarían de congregar?

Una evidencia de que tú eres un verdadero cristiano es que:
- Tienes comunión con Dios y también tienes comunión con los hijos de Dios.
- Amas estar reunido con los cristianos.
- Te deleitas en la comunión con otros cristianos.
- No dejas de congregarte.

Congregarte no te va a salvar del infierno, pero congregarte es una evidencia de que has sido salvado del infierno. Congregarte es una buena obra, pero no somos salvos por hacer buenas obras, somos salvos para hacer buenas obras. Por tanto, los que son verdaderamente salvos hacen buenas obras, y una de estas buenas obras es congregar. Una mala obra es no congregar o dejar de congregar.

Hebreos 10:25 en la Biblia de Ginebra dice: “No dejando la comunión que tenemos entre nosotros mismos.” (Biblia de Ginebra)

(La Biblia de Ginebra es la versión de la Biblia en el idioma inglés que usaron los cristianos de la Reforma, fue usada por los cristianos puritanos en los EEUU, pero con el tiempo dejo de usarse.)

Una persona al no congregar también está manifestando orgullo en su corazón, y mucho egoísmo. Un egoísta es aquel que solo ve por sus propios intereses y solo congrega por conveniencia o para ver que error le encuentro al predicador que no me cae para criticarle.

El comentarista bíblico Simón Kistemaker acerca de Hebreos 10:25 dice lo siguiente:

“Una de las primeras indicaciones de una CARENCIA DE AMOR POR DIOS Y POR EL PRÓJIMO es que el cristiano se aleja de los cultos. El miembro abandona las obligaciones comunitarias, deja de asistir a las reuniones y exhibe los síntomas de egoísmo y de egocentrismo.” (Simón Kistemaker, Comentario Bíblico Hebreos 10:25)

Imagina una iglesia cuyos miembros se congregan solo cuando quieren o cuando pueden.

Una iglesia con miembros que congregan cuando se les da la gana no puede ser llamada iglesia de Cristo.

Si alguien piensa que faltar a algunas reuniones de la iglesia es algo normal, está completamente equivocado. Ese pensamiento es pecaminoso.


Alguien podría decir: “Yo no estoy débil porque yo recibo la Palabra de Dios en mi casa, yo leo la Biblia en casa” Qué bien, diría yo, estas cumpliendo ese mandamiento, pero: ¿obedeces el mandato de congregar? Y además diría que estás mintiendo, porque si leyeras la Biblia en casa:

Sabrías que Dios te manda a congregar. Sabrías que Dios te salvo para tener comunión con otros cristianos. Sabrías que Dios estableció pastores y maestros para instruirte en la Palabra de Dios, y no te podrán instruir si dejas de congregar. Sabrías que los primeros cristianos se reunían juntos para orar, y eso te impulsaría a quererte reunirte con otros cristianos para orar en los cultos de oración. Sabrías que los primeros cristianos se reunían juntos para aprender la Palabra de Dios, y eso te impulsaría a querer reunirte con otros cristianos para recibir juntos la Palabra de Dios. Hermanos, la vida cristiana no es una vida individual, es una vida colectiva. Nunca ha sido ni será el diseño de Dios para ti que tengas tu relación con Dios separado de los demás creyentes en el cuerpo de Cristo. Es anti bíblico y arrogante pensar de esa manera. La asistencia a la iglesia local no es una sugerencia, es un mandato. Cuando Dios nos ha puesto en una iglesia local que sea bíblica, nuestra obligación es asistir y servir.

No congregar = peligro de apostasía

El otro peligro de no congregar es porque se manifiesta los primeros síntomas de apostasía. Esto significa que el dejar de congregarse es un peligro que podría conducir a la apostasía total. Es decir, si alguien tiene el hábito de faltar a las reuniones de la iglesia, con el tiempo dejará de congregar y nunca más volverá. Y no es porque haya dejado de ser cristiano sino porque nunca fue cristiano, por eso se apartó de Dios, y como consecuencia de apartarse de Dios, se apartó de la congregación, se apartó de la comunión con otros cristianos, por eso muchos se apartan de la iglesia porque en realidad nunca entendieron el Evangelio, nunca fueron verdaderos cristianos. Siguieron a Cristo por razones equivocadas o por caprichos personales, pero nunca siguieron a Cristo como su Salvador.
La impuntualidad

Alguien podría decir: “Yo nunca falto a las reunimos, aunque casi siempre llego tarde, pero igual llego. Así que este mensaje no es para mí.”

Aunque la puntualidad sea uno de los valores humanos de este mundo, eso no quiere decir que como cristianos no debamos ser puntuales. Una persona que tiene el hábito de llegar tarde refleja su condición espiritual. Llegas puntual al trabajo, llegas puntual al colegio o al Instituto, ¿pero llegas tarde a la Iglesia? ¿Tenemos más respeto a las instituciones del mundo que a las reuniones de la iglesia? ¿Tenemos más respeto a las organizaciones humanas que a la organización bendita de Dios, llamada su iglesia de Jesucristo? La impuntualidad refleja el estado de nuestro corazón.

Jonathan Edwards decía lo siguiente:

“¿Eres uno de esos cuya costumbre es llegar tarde a la adoración pública de Dios…? No vives en pecado siendo así, CONSIDERA si eso es algo que puede justificarse, CONSIDERA si esa práctica honra a Dios…, CONSIDERA si eso no es algo que da la impresión de tomar en poco la adoración publica y las ordenanzas de la casa de Dios… ¿NO ES UNA PRÁCTICA DESORDENADA?, y si todos hicieran así que confusión se ocasionaría.” (Jonathan Edwards)

Imagina que a todos se nos ocurre llegar tarde, incluyendo al predicador o al pastor que va a predicar. ¡Qué confusión! A veces entre bromas decimos: “Llegamos tarde como buenos peruanos.” Es un hábito del peruano llegar al tarde. Pero nuestra ciudadanía no es peruana aunque lo sea en forma terrenal, es celestial, somos ciudadanos del cielo. Y si somos ciudadanos del cielo, y le pertenecemos al Dios qué está en cielos, y si Dios es un Dios de ORDEN. Entonces, el ORDEN debe manifestarse en nuestras vidas. Y la PUNTUALIDAD es una muestra de ORDEN. No quiero que después de esto, alguien falte y cuando alguien le pregunte: “Hermano, porque no viniste”, responda: “Hermano, se me paso la hora. Y como el hermano Miguel dijo que no hay que llegar tarde, mejor ya no vine.” Si eso alguien piensa de esta manera, es porque no ha entendido nada de lo que estoy predicando esta noche. Pero si por alguna razón que sea justificable hemos llegado tarde, Dios entiende. Pero evitemos y procuremos no llegar tarde a las reuniones. Si hemos estado acostumbrados a llegar tarde, hay que arrepentirnos y corregirnos.
Congregar sin estar presente:

Alguien podría decir: “Yo siempre congrego, y también llego puntual, así que este mensaje no es para mí.”

Yo les preguntaría a los que piensan de esa manera: “¿Congregas y llegas puntual, pero estas presente? Debemos cuidarnos de congregar sin estar presentes. ¿Cómo es eso de congregar sin estar presente? Con algunos pasa esto: Su cuerpo físico está aquí, pero su mente está en otra parte. Vienen a la iglesia, mueven sus labios pero no cantan. Abren la Biblia pero no leen el pasaje. Miran al predicador que está en el pulpito pero no le prestan atención. Oyen la palabra pero no escuchan. Al momento de orar agachan la cabeza pero no oran. Su cuerpo está aquí pero su corazón está allá afuera. Mueven la boca durante las alabanzas pero no tienen el deseo de alabar a Dios. Abren la biblia pero poco o nada les interesa lo que el pastor está predicando. Oyen la Palabra sin ningún interés, y esperando a que termine el culto para irse. Y lo que más les aburre son las reuniones de oraciones de los miércoles. Y lo que menos le interesa es estudiar doctrina en las reuniones de los viernes. Dios nos libre de tener esa actitud.

Puede ocurrir lo que le ocurrió a una persona.

Una pareja de esposos, la esposa por estar enferma no pudo ir. Y al llegar el esposo a casa, la esposa le pregunta,

- ¿qué tal estuvo la predica?, ¿de qué predico el pastor?
- El esposo responde: La predica estuvo bonita, el pastor predico sobre el pecado.
- Y de qué trato el mensaje esposo mío.
- Ah no sé, pero creo que el pastor no está de acuerdo con el pecado.

Si alguna vez te ha pasado algo similar, pídele ayuda a Dios, ruega a Dios en oración para que te de entendimiento, para que te ayude a entender la palabra de Dios, para que puedas entender el mensaje que se predica, para que puedas a entender la Biblia cada vez que se lee aquí y cada vez que la lees en casa. Si tú le pides, el dará entendimiento. Y a medida que crezcas en la fe, él te ayudará a entender y comprender la Biblia. Pero si esto te pasa siempre, y desde que has venido nunca has entendido nada de lo que se ha predicado en este lugar, puede ser peligroso, puede ser que no seas salvo. Por eso no entiendes nada. Los que son salvos tienen el Espíritu Santo en su corazón, por eso cuando el predicador, que también tiene el Espíritu Santo predica algo, el que es salvo lo entiende, porque hablan el mismo idioma. En cambio, una persona incrédula no es salva, no tiene el Espíritu Santo por eso no entiende nada de las cosas espirituales.

Por eso en 1 Corintios dice: “Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. PERO EL HOMBRE NATURAL (INCRÉDULO) NO PERCIBE LAS COSAS QUE SON DEL ESPÍRITU DE DIOS, porque para él son locura, Y NO LAS PUEDE ENTENDER, porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Corintios 2:13-14) Y los que pueden discernir espiritualmente son los que tienen el Espíritu Santo. ¿Y quiénes tienen el Espíritu Santo? Pues, los cristianos, los que son salvos. Los que no son salvos no lo tienen.

Entonces, si desde que has venido no has entendido nada, pidele a Dios que te salve, cree en el sacrificio de Cristo que hizo por ti para salvarte de tus pecados, cree que murió por ti en la cruz para salvarte, cree que resucito. Si tú te arrepientes y crees en Jesucristo serás salvo.

COMO ALGUNOS TIENEN POR COSTUMBRE

Ya en siglo I algunos tenían la costumbre de no congregar. En este tiempo también hay algunos que se han malacostumbrado a no congregar en las iglesias locales. Hermanos, les recuerdo lo que dice hebreos 10:25 en la versión PDT: “Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien.” (PDT)

Hay razones que podrían ser justificables cuando uno se encuentra enfermo o cuando se tiene que trabajar de forma obligatoria los domingos, o cuando se tiene que estudiar en el turno noche, o cualquier otro motivo que sea verdaderamente justificable. Esos motivos que Dios entiende y no me atrevo a juzgar. Pero no estoy hablando de esos casos, sino de aquellos casos en los que pudiendo venir a congregar no lo hacen, quizás por dormir hasta más tarde los domingos, o quizás por quedarse a ver televisión en casa, o por pasar más tiempo con la novia o por preferir está chateando en el Facebook o por cualquier otro motivo pecaminoso que solamente tú y Dios lo saben. ¿Estas cosas son más importantes para ti que obedecer a Dios?

Quizás algunos podrían decir: “Yo soy muy obediente a Dios, ya que yo vengo todos los Domingos. Con venir en la mañana o en la tarde ya cumplí”

Yo les diría: ¿En qué parte de la Biblia dice que debes congregarte solamente los domingos por la mañana o por la tarde? Si volvemos a leer lo que dice Hebreos 10:25 en la versión DHH dice: “No dejemos de asistir a nuestras reuniones” (DHH) Yo les preguntaría a los que piensan así: ¿Qué días son las reuniones de tu iglesia? ¿Solo los domingos? ¿O también nos reunimos durante la semana? ¿Acaso no tenemos reuniones durante la semana? ¿Acaso no nos reunimos los domingos tanto en las mañanas como en las noches?

Supongamos que para un domingo invitamos a un predicador, y por algún motivo, este predicador no viene. ¿Cómo nos sentimos? ¿Tristes? ¿Ofendidos? Cuando nosotros faltamos al culto estamos contristando al Espíritu Santo, y los miembros se entristecen por la ausencia de un hermano. Dios también se ofende cuando faltas a las reuniones de la iglesia. Estás ofendiendo a Dios al dejar de congregar, porque congregar es un mandato de Dios, al desobedecer este mandato estas ofendiendo a Dios.

SINO EXHORTÁNDONOS

Alguien podría decir: “Yo asisto a TODAS las reuniones de la iglesia, llego puntual, y estoy presente, mi cuerpo y mente están aquí, presto mucha atención a la predicación, por tanto yo ya cumplí con este mandamiento. Por tanto este mensaje no es para mí.”

Yo diría: Qué bien, que congregues, llegues puntual y tu cuerpo y mente estén aquí. Pero ¿Estás cumpliendo con el segundo mandamiento que unido al mandato de congregarnos? Por qué si solo congregas y no obedeces el segundo mandato que va de la mano con el mandamiento de congregar, es como no hubieras venido. Pero ¿Cuál es el segundo mandamiento dentro de este texto? Hebreos 10:25 dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino EXHORTÁNDONOS”

Exhortar es el segundo mandamiento que hay en este versículo. Así como el arrepentimiento y la fe van de la mano para ser salvo. Así también el congregarse y la exhortación van de la mano en este texto. Es decir, no solo basta con que una persona asista a las reuniones, no basta con que una persona llegue puntual, no basta con una persona preste mucha atención, sino que también es necesario que el creyente exhorte a los hermanos que asisten a las reuniones. Al no congregar estas violando no solo un mandamiento sino dos mandamientos, y estos dos mandamientos son el no congregarte y el no exhortar a los hermanos.

¿Cómo exhortar al hermano?

Exhortar es la palabra griega: “parakaleo” y significa: “llamar cerca, invitar, invocar por imploración o exhortación o consolación”, y se traduce muchas veces como:

“Orar, presentar, rogar, alentar, amonestar, animar, confortar, consolación, consolar, exhortación, exhortar, exigencia.”

La primera forma de exhortación es a través de la predicación de la palabra, y está exhortación no es en base a lo que debes o no debes hacer basado en mandamiento de hombres, sino en lo que Dios ha dicho en su Palabra y como está Palabra afecta en tu vida.

Una de las maneras de exhortar al hermano es:

Predicando el Evangelio al hermano...: “Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.” (Lucas 3:18)

Animando al hermano que esté pasando por alguna prueba, necesidad, aflicción o tribulación…: (1 Tesalonicenses 5:11, 1 Tesalonicenses 3:7, 2 Corintios 1:4)

Es importante que animemos y consolemos a los hermanos, NO con nuestras palabras, No con nuestras experiencias que hayamos vivido, NO con lo que nosotros pensamos, NO con lo que nosotros sentimos, sino con lo que dice la Palabra de Dios. “consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.” (Hechos 15:32 comparar con Hechos 20:2)

Animar a los hermanos para que sigan perseverando en Cristo: “Animar a que los hermanos permanezcan fieles a Jesucristo.” (Hechos 11:23)

¿Cuál es el propósito de exhortarnos unos a otros?

¿Para qué le vaya bien en la vida? ¿Para qué confié en sí mismo? ¿Para levantarle el ego? Ninguna de estas cosas. El propósito de exhortarnos unos a otros es para “seguir confiando en Dios cada vez más.” (BLS)

Otro propósito para exhortarnos es para que no se endurezca tu hermano: “Antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; NO SEA QUE ALGUNO DE VOSOTROS SEA ENDURECIDO POR EL ENGAÑO DEL PECADO.” (Hebreos 3:13)

No basta con que te preocupes por tu propia vida espiritual, sino también debes preocuparte por la vida espiritual de otros. El apóstol Pablo, a pesar de sufrir persecución, a pesar de estar en la cárcel, él se preocupaba por los hermanos y les escribía cartas para animarlos y exhortarlos.

Y TANTO MÁS, CUANTO VEIS QUE AQUEL DÍA SE ACERCA

¿Qué día se acerca? ¿Alguna vez se han puesto a pensar en esto?

Esta carta se escribió en el siglo I, y para ellos el día estaba cerca. Se referían al “día en que el Señor juzgará a todo el mundo.” (BLS)

Yo entendí que debo congregar, entendí que no debo dejar de congregar, pero:

¿QUÉ HAY DE ESPECIAL EN CONGREGARNOS?

La escritura dice: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20)

Algunos usan este texto como excusa para decir que no es necesario reunirse en alguna iglesia con otros hermanos. Pero este texto no dice: “reúnete con dos o tres personas y eso será suficiente.” No dice eso. Porque si así fuera, entonces la vida cristiana sería una vida de comunión entre 2 o 3 personas. Y si son 4 ya no, “ya no podemos congregarnos, tu que eres el cuarto, búscate otras personas porque ya somos 3 y estamos completos.” Es ridículo pensar así. Este texto se refiere a la bendición de tener a Cristo entre nosotros cuando nos reunimos. Cuando la iglesia se reúne, Cristo está entre nosotros. Si somos 2, Cristo está ahí. Si somos 5 Cristo está ahí. Si somos 20 Cristo está ahí. Se refiere a que Cristo está en medio de nosotros, Él es el centro de nuestras reuniones. Eso es lo especial, que Cristo está en medio de nosotros, y entendiendo esto, nos reunimos para glorificar a Cristo. Venimos aquí a encontrarnos con Cristo, porque Cristo dijo que estaría aquí entre nosotros. Cristo no habita en este lugar, pero si habita entre nosotros. En los miércoles de oración, mientras nosotros oramos, Él intercede por nosotros ante el Padre. En los viernes de estudio, mientras estudiamos doctrina, Él está entre nosotros. Tomas, ¿se recuerdan de él? Tomas se perdió la bendición de ver a Cristo resucitado, porque no estaba congregado con los demás discípulos que esperaban ver a Cristo resucitado. Y no había una razón justificable para que no esté reunido con los discípulos. Así también al faltar te pierdes de la bendición de recibir la Palabra de Dios, estas rechazando la obra que el Espíritu Santo quiere hacer en tu vida mediante la Palabra predicada.

CONGREGAR DEBE SER UN DESEO EN TI

No es mi deseo que después de leer esto, tú obedezcas este mandato de congregar de una manera obligada o forzada o de mala gana. Congregarte con otros hermanos debe ser un deseo en ti por obra del Espíritu Santo.

“Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.” (Salmos 84:10) ¿Este versículo significa algo en para ti? ¿Si no congregas aquí en la tierra, crees que congregaras en el cielo? ¿Si Dios no pone en ti el deseo de congregar en la congregación de la tierra, crees que te pondrá a ti en la congregación del cielo? Una evidencia que tu formarás parte de las congregación de los cielos es que estás formando parte de la congregación aquí en la tierra.

“Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.” (Salmos 122:1) ¿Serás de los que dice, yo me alegro de estar en el cielo por la gracia de Dios? O ¿Serás de los que dice, yo lamento de estar aquí en el infierno por rechazar la gracia de Dios? Porque si la gracia de Dios te ha alcanzado, esa misma gracia te sostiene para perseverar en la fe, el Espíritu Santo te va a ayudar a no dejar congregar. Él lo va hacer en ti.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! (Salmos 133:1)
(BLS) ¡NO HAY NADA más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir juntos y en armonía!
(PDT) Qué bueno y qué agradable es CUANDO EL PUEBLO DE DIOS SE REÚNE en armonía.
(DHH) ¡Vean qué bueno y agradable es QUE LOS HERMANOS VIVAN UNIDOS!

NO DEJEMOS DE CONGREGARNOS.

NO DEJES DE CONGREGARTE.

Dios les bendiga.


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miércoles, 13 de enero de 2016

Ocupaos en vuestra salvación (Fil 2:12)


Por Miguel Rodriguez

Filipenses 2:12
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, OCUPAOS EN VUESTRA SALVACIÓN CON TEMOR Y TEMBLOR,” (RV60) 

Coincido con la opinión de muchos teólogos sobre este texto en que: 

“Este texto es uno de los más importantes, sino quizás el más importante en como yo puedo entender lo que es la santificación que Dios lleva a cabo en nosotros.”

INTRODUCCIÓN 

Antes de estudiar este texto dentro del contexto siguiendo las leyes de hermenéutica y en su idioma original griego. Quiero que nos hagamos las siguientes preguntas: 

¿Debemos ocuparnos en nuestra salvación para no perderla? ¿Si hoy día me desocupo de mi salvación la pierdo? ¿Y si mañana me vuelvo a ocupar de mi salvación la recupero? ¿Si dentro de una hora me vuelvo a desocupar de mi salvación la pierdo? ¿Y si luego de 3 meses me vuelvo a ocupar de mi salvación la recupero? 

Si esto fuera así, entonces ya que la salvación depende del que yo me ocupe o desocupe en mi salvación, de lo que yo haga o no haga, entonces la salvación depende de mí y no de Dios. Estaría contradiciendo la Biblia, ya que la Biblia dice que la salvación viene de Jehová y no del hombre. 

Si esto fuera así, entonces la salvación sería por obras, y el que haga más buenas obras será más justificado delante de Dios. 

Si esto fuera así, entonces la salvación por gracia que se menciona en la Biblia se convierte en un mito y echa por tierra el sacrificio de Cristo en la cruz para salvación eterna.

¿QUIENES SACAN DEL CONTEXTO ESTE TEXTO? 

Algunas personas muy sinceras creen que deben cuidar su salvación para no perderla, quizás influenciados por algunos falsos maestros que leen este texto sacándolo de contexto, sin analizar el texto y sin estudiar el idioma original en el que fue escrito. 

Lo que los cristianos debemos de entender es que Dios salva por gracia, y este texto no se refiere a que debemos ocuparnos en nuestra salvación para no perderla, ya que así como nosotros no hicimos nada para salvarnos así también no podemos hacer nada para perdernos. Toda la salvación le pertenece enteramente a Dios. La falta de NO entender el concepto de la Salvación por Gracia ha llevado a muchos a vivir una vida de culpabilidad y no de confianza en el sacrificio de Cristo. Es lo que se conoce como Legalismo, porque enseña una salvación por obras. 
CONTEXTO 

Antes de ver el texto en su plenitud y en su original griego, primero es necesario ver el contexto en el que fue escrito. 
Filipenses 1:5 “por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;” 

Se refiere a la comunión que tenía la iglesia de Filipo, esta comunión está basada en el Evangelio. 

¿Y cómo se manifestaba esta comunión en el Evangelio? 

Algunos creen que esta comunión se refiere únicamente desde el momento en que oíste el Evangelio y creíste en Jesucristo hasta ahora, y nada más. Pero el texto indica que va más allá de haber oído y creído, se refiere a una participación activa en la propagación del Evangelio. 

Otras versiones traducen mejor este texto y dicen: 

“por su participación en el evangelio (en anunciar las buenas nuevas) desde el primer día hasta ahora.” NBLH 

“porque han colaborado conmigo en dar a conocer la Buena Noticia acerca de Cristo desde el momento que la escucharon por primera vez hasta ahora.” NTV 

La iglesia de Filipo practicaba lo que hoy conocemos como Evangelismo, los hermanos es esforzaban en proclamar el Evangelio a los perdidos, participaban activamente juntos en la predicación del Evangelio. Colaboraban junto con Pablo en el evangelismo. 

Se refiere a que desde conocieron el Evangelio, también participaron en la expansión del Evangelio, y no solamente de forma personal, sino como iglesia local, como grupo de creyentes. 
Filipenses 1:6 

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” 

¿Se refiere a la buena obra de la salvación? ¿Sí o No? 

Definitivamente NO, porque la salvación eterna no se puede perfeccionar, la salvación se obtiene una sola vez y para siempre, y no es algo que perfeccione, porque no es que hoy día soy un poco salvo y mañana soy más salvo que ayer. No hay nada de eso en la Biblia. La Biblia declara que somos salvos por la gracia de Dios, y no dice que hoy soy salvo y mañana soy doblemente salvo. Partiendo de ahí podemos decir que la buena obra no se refiere a la salvación recibida por gracia. La buena obra que comenzó se refiere a la etapa que viene como consecuencia de la salvación, que es la santificación. Por la santificación es una consecuencia, evidencia y fruto de que has recibido la salvación. Si es que no estas creciendo en santificación es evidencia de que no eres salvo. 

Entonces, Pablo estaba persuadido, estaba convencido completamente de que después que una persona se convierte a Cristo, después que una persona recibe al Espíritu Santo, el Espíritu de Dios empezara la buena obra de la santificación hasta que Jesucristo venga. 

Y crecer en santificación no significa vivir una vida moralmente buena delante de los hombres, es obedecer los mandamientos de Dios escritos en la Biblia. 
Filipenses 1:11 “llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.” 

Los frutos de justicia se refieren a tener una cosecha abundante de buenas obras, a hacer lo bueno, a crecer en el carácter justo que Jesucristo produce en tu vida. 

¿Cuánto del carácter de Cristo tienes? Este fruto se verá reflejado en tu carácter, y en hacer lo bueno ante los ojos de Dios, y en todo lo que hagas sea para la gloria de Dios. 

Filipenses 1:12-26 Pablo narra y explica lo acontecido con el mientras predicaba a Cristo, y les aconseja en cómo se debe vivir en Cristo. 

Filipenses 1:27-30 Pablo relata acerca sus luchas en la predicación del Evangelio. Por eso, al inicio en Filipenses 1:5 menciona la participación activa de la iglesia en la proclamación del Evangelio, lo que hoy día le llamamos Evangelismo. 
Filipenses 2:1 “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,” 

“Por tanto” Esto quiere decir: En vista de lo acabamos de leer o hablar en el capítulo 1. 

¿Y que acabamos de leer en el capítulo 1? Acerca de que el que empieza la buena obra la perfeccionará, que tengan frutos de justicia, que vivan para Cristo, que prediquen a Cristo. 

Entonces, “si hay alguna consolación en Cristo,” si sentís algún estímulo en vuestra unión con Cristo, Si Cristo les ha dado a ustedes poder para animar y consolar a los demás, ¿Hay algún estímulo (en ustedes) en pertenecer a Cristo? “si algún consuelo de amor,” y si el amor que ustedes tienen los lleva a consolar a otros, ¿Existe algún consuelo en su amor? “si alguna comunión del Espíritu,” algún compañerismo en el Espíritu, y si todos ustedes tienen el mismo Espíritu y son compasivos, ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? “si algún afecto entrañable,” ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? “si alguna misericordia,” 

Filipenses 2:2 Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 

Completad mi gozo, Llenadme de alegría, Sintiendo lo mismo, teniendo un mismo parecer, Teniendo el mismo amor, que se amen unos a otros, Unánimes, unidos en alma y pensamiento, Pónganse de acuerdo en lo que piensan, Sintiendo una misma cosa, dedicados a un mismo propósito.

FILIPENSES 2:3 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;” 

Nada de lo que hagamos debe hacerse por egoísmo o vanidad, sino ser humildes considerando a los demás como mejores que nosotros. 

FILIPENSES 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 

Se refiere a que debían de tener la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo, debían pensar y actuar como Cristo, toda su actitud debía ser conforme a Cristo 

Filipenses 2:6-11 Habla de la Deidad de Jesucristo, y de cómo siendo Dios, tomo forma de siervo, se humillo en la cruz dejándonos como ejemplo, su obediencia y su humildad. Y es la misma actitud que debemos tener durante todo el proceso de nuestra santificación, debemos ser obedientes y humildes. 

Filipenses 2:12 

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,”

Por tanto, Indica una conclusión de todo lo que hemos visto hasta aquí. ¿Qué hemos visto hasta aquí? Hemos visto sobre la comunión en el Evangelio, sobre la obra que Dios comenzó en nosotros la perfeccionara, sobre dar fruto de justicia, sobre el consuelo en Cristo, sobre no hacer nada por egoísmo, sobre la obediencia de Cristo, etc. 

Por tanto, si todo esto es cierto, entonces, las implicaciones prácticas en tu visa son en base a todo lo que hemos visto. Si Cristo te salvo, todo lo que hemos visto hasta aquí debería ser una realidad en tu vida. Esto que estamos leyendo, no solamente está escrito en papel, sino también está escrito en sus corazones. 

ILUSTRACIÓN 

Imagina que un día un hermano llega un domingo a la iglesia y dice: “Hermanos no saben lo que me ha pasado. He tenido un encuentro cara a cara con un camión y me paso por encima ese tráiler de 16 metros.” Sin embargo, tú lo ves igualito, bien peinado, y con la camisa bien planchada. 

Y dices: “No me estarás mintiendo, porque yo te veo igualito, no veo ningún cambio en ti, no veo ninguna evidencia que hayas tenido un encuentro con un tráiler.” 

Dios es más grande que un tráiler. Tú no puedes decir que tuviste un encuentro con Dios o decir que Cristo te salvo si no hay un cambio en tu vida. Porque alguien te mirara de arriba abajo, y te dirá: “Estás igual a como eras antes de ser cristiano, sigues siendo igual de orgulloso, igual de borracho, sigues riéndote de los chistes del mundo, haciendo las cosas que hace el mundo, vistiéndote como el mundo. Pero te dices cristiano. No te creo porque no veo ninguna evidencia que Cristo te haya salvado. ¿Estás seguro que Cristo te salvo? O ¿estás viviendo un falso cristianismo?” 

Hermanos si somos cristianos, el mundo tiene que notar la diferencia en nosotros. 

Amados míos: Esto muestra el amor entrañable que tenía Pablo a la iglesia de Filipenses (descrita en Filipenses 1:8) Pablo usa esta frase a menudo hacia aquellas personas que se convirtieron durante su ministerio. Y no se les dice únicamente de la boca para afuera sino que era una sentimiento sincero y lo demostraba con sus acciones. ¿Amas a tus hermanos de la boca para afuera o lo demuestras con los hechos? 

Como siempre habéis obedecido: No dice que le hayan obedecido a Pablo, sino al mensaje que predico Pablo, su obediencia al Evangelio. Versículos anteriores, del 6 al 11 les habla sobre la obediencia de Cristo al Padre, de cómo el Hijo había “obedecido a Dios hasta la muerte.” (Fil 2:8 BLS) 

No como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia: No obedecían ni servían a Dios para ser visto por los demás, sino que hacían la obra de Dios, sin hacerse vistos, no había auto jactancia en ellos. Su obediencia no era para que Pablo lo vea, sino para Dios. Aquí podemos distinguir dos clases de personas. Primero: Aquellos que sirven a Dios para que todos los demás le vean, y ser reconocido por los demás satisfaciendo su orgullo. Segundo: Aquellos que sirven a Dios de manera silenciosa sin buscar un reconocimiento de los demás. Es fácil obedecer a Dios dentro de las 4 paredes de este local. Pero, ¿Cuántos? No levanten la mano, ¿Cuántos obedecen a Dios fuera de este lugar? Algunos creen que Dios solo está en la iglesia, y fuera de ella no está, por eso fuera de aquí, puedo pecar en secreto. Pero el cristiano verdadero es obediente a Dios en todo momento. Porque sabe que aunque no pueda ver a Dios, sabe que Dios si lo ve en todo tiempo, y como entonces me atrevería a pecar contra mi Dios sabiendo que Dios me observa en todo tiempo.

Ocupaos en vuestra salvación 

Ocupaos en el idioma original es la palabra griega: katergazomai, y significa: "trabajar completamente, producir, llevar a cabo una actividad, hacer, producir mediante esfuerzo.” 

No dice cuidarla, ni mantenerla, ni retenerla. 

No se refiere a la salvación que ya se tiene, sino al proceso de santificación que viene como consecuencia de la salvación. 

No se refiere a ocuparte en la salvación con el peligro de perderla si es que no te ocupas en ellas. 

Los cristianos no trabajan por su salvación, porque recuerden que la salvación no es por obras. 

Los cristianos no se ocupan en su salvación para no perder su salvación, porque la salvación no se pierde. 

Los cristianos nos ocupan en el proceso de santificación, en crecer en la madurez de Cristo, y para ellos tenemos al Espíritu Santo que nos capacita. 

Con temor y temblor, No se refiere a un temor de perder la salvación. No se refiere a temblar de miedo porque en algún momento perderemos la salvación. Se refiere a un temor de reverencia. Y es que los cristianos tememos, pero no tememos perder la salvación, tememos a Dios pero no aterrados, sino en reverencia. 

Otras versiones ayudan a entender un poco mejor este texto: 

“Queridos hermanos, cuando yo estaba con ustedes, siempre me obedecían. Ahora que estoy lejos, deben obedecerme más que nunca. Por eso, con respeto y devoción a Dios, DEDÍQUENSE A ENTENDER LO QUE SIGNIFICA SER SALVADO POR DIOS.” (TLA) 

“Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes. Y, ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. ESFUÉRCENSE POR DEMOSTRAR LOS RESULTADOS DE SU SALVACIÓN OBEDECIENDO A DIOS CON PROFUNDA REVERENCIA Y TEMOR.” (NTV) 

Temor en el original griego significa: “fobos” y significa: “respeto, respetuosamente, temer, temor, temor reverente, saludable miedo a desagradarle…” (STRONG + VINE) 

Entonces, la pasividad en la santificación no es algo que caracterice a alguien que ha sido regenerado por el Espíritu Santo. Un ejemplo de cómo debe ser esta actitud o una de las implicancias prácticas de obedecer con temor y temblor lo vemos en Efesios: “Esclavos, obedeced a vuestros amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo.” (Efesios 6:5 BAD) Es solo un ejemplo de cómo debemos actuar en temor. Siendo esclavos de Dios, debemos obedecer a Dios en todo con profundo respeto y reverencia, con integridad de corazón, con muchas ganas y deseo de servir a Dios. Porque Cristo es mucho más que un simple patrón o jefe de trabajo. Él es nuestro Salvador, dio la vida por nosotros, resucito por el poder de Dios y lo veremos en el cielo. 

¿Y QUÉ CON LAS OBRAS? La escritura dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9) 

Ninguno cristiano allá en el cielo le dirá a Dios: “Cómo me ocupe de mi salvación yo no perdí mi salvación.” o “Merezco el cielo porque siempre me ocupe en mi salvación.”
Filipenses 2:13 “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” 

“Porque es Dios quien los motiva a hacer el bien, y quien los ayuda a practicarlo, y lo hace porque así lo quiere.” (BLS) 

“Porque es Dios mismo quien hace posible que ustedes deseen hacer lo que a Él le agrada.” (PDT) 

“Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.” (NTV) 

Solo el Dios a través de su Espíritu Santo produce en el hombre regenerado o creyente todo el proceso de santificación progresiva, todo de acuerdo a su voluntad. Entonces, ¿habrá algún motivo para decir que podemos crecer en santificación por nosotros mismos? Definitivamente no, porque Dios es quien nos salvó para hacer buenas obras. La buenas obras son una consecuencia de que ya somos salvos, pero nunca es un requisito para ser salvo ni para mantener la salvación. 

Tomando en cuenta Filipenses 2:13, podemos decir que una de las malas obras son aquellas que el hombre hace para intentar ganar su salvación o intentar mantener su salvación. Mientras que las buenas obras son aquellas que el cristiano hace siendo guiado por el Espíritu Santo. 

ILUSTRACIÓN: 

Imagina que tu no tiene ningún céntimo en tus bolsillos, y no habría manera que puedes conseguir una casa, y alguien te regala una casa y te dice: “Te doy mi casa, y como sé que nunca podrás pagarme el precio que vale, te lo regalo y firmare un acta legar en donde yo no tendré derecho a reclamo.” 

Tú, al día siguiente vas donde el Señor, y le preguntas como pagar la casa. A la cual el Señor te dice: “No puedes hacer nada porque ya está pagada, tuve que enviar a mi Hijo, le costó la vida a mi Hijo para que tengas la casa. Solo una cosa te pido, mantenla limpia y ordenada. Porque cuando vuelva la quiero ver limpia y ordenada.” 

Tu podrás decir: “Pero, yo tengo una enfermedad que me impide hacer esfuerzo físico, y no tengo plata para comprar una escoba, lejía, cera, trapeador, pinesol, detergente, etc.” 

A lo cual el Señor te dice: Yo tengo la medicina que te curara por toda la vida y podrás realizar cualquier actividad física sin cansarte, y también te he dejado en la casa todos los utensilios de limpieza para mantenerla limpia todos los días. Y debes mantenerla limpia hasta que yo vuelva por ti y te lleve a una casa mejor.” 

¿Cuál excusa tu tendrías para no tener la casa en orden y limpia hasta que el Señor venga por ti? Así como el Señor dio la casa gratis y dio las capacidades y utensilios para ocuparse en la casa. Así Dios salva gratuitamente y capacita al cristiano a través del Espíritu Santo para ocuparse en la santificación. 

En la salvación y santificación es así: 

En la salvación: Dios sabiendo que tú no podías hacer nada para pagar tu salvación, Él te la da como un regalo, envió a su Hijo a morir en la cruz, el Hijo dio su vida en la cruz por ti para salvarte a ti, porque tú nunca podrías salvarte por ti mismo. Solo Cristo te podía salvar por gracia, y solo Cristo te puede salvar si es que aún no conoces a Cristo. 

En la santificación: Dios sabiendo que tú por ti mismo no estas capacitado para santificarte, porque eres totalmente incapaz de crecer en santificación si es que no tienes al Espíritu Santo morando en ti, solo el Espíritu de Dios te capacita para mantener tu alma y cuerpo limpio. 

Los incrédulos que no tienen al Espíritu Santo nunca se ocupan en su santificación por no son salvos. Los falsos cristianos nunca crecen en santificación porque no tienen al Espíritu Santo por no son salvos. Solo un verdadero cristiano tiene al Espíritu Santo en su corazón, y lo recibió en su conversión, el día que creyó en Jesucristo para ser salvo. El día que Cristo te salvo ese mismo día te capacito para hacer el bien y guardar los mandamientos de Dios. El mismo Espíritu Santo te capacita para crecer en la santificación. 

Coincido con MacArthur cuando dice al respecto de este texto: 

“El creyente no tiene excusa para no experimentar santificación progresiva, porque nunca se encontrará sin el ejemplo de Cristo, y nunca se encontrará sin el poder del Espíritu de Dios. Debido a que Dios lo provee, entonces el cristiano no tiene excusa.” (John MacArthur) 

Entonces, el ocuparse de la salvación en el sentido del texto se refiere a: 

“Ejercitar vuestra salvación, hacer visible tu salvación, que se vea manifiesta tu salvación, hacer visible tu salvación.” 

Así como Pablo primero dice que debes ocuparte con temor y temblor y luego te dice que es Dios el que pondrá en ti el deseo de ocuparte en tu salvación. Es Dios quien pondrá en ti el deseo de obedecer a Dios. Es Dios quien pondrá en ti el deseo de crecer en santificación. Porque no solo te da la capacidad, sino también pone en ti el deseo de santificarte. Dios nunca te va a pedir algo de lo cual no te haya capacitado. Si Dios no te hubiera salvado no te pediría que te santifiques. Por eso, este texto es un mensaje para la iglesia, es una exhortación para los verdaderos cristianos para que se ocupen en su santificación. Y si no deseas la santidad tanto como el aire que respiras es porque aún no has experimentado la salvación. Y si aún no has experimentado la salvación, tu alma corre un grave peligro. Necesitar invocar a Dios para que salve. Por eso Cristo llama a las personas a que se arrepientan de sus pecados y crean en Jesucristo para ser salvos. Cristo te llama a que te arrepientas y creas si es que no conoces verdaderamente a Jesucristo. Pecador, ven a Cristo, si tu vienes con un corazón arrepentido Él nunca te rechazaré, confía en Él y te salvará. 

¿CÓMO OCUPARME EN MI SALVACIÓN? ¿CÓMO OCUPARME EN CRECER EN EL CARÁCTER DE CRISTO, Y EN MI SANTIFICACIÓN? 

Podría ir a otros textos para explicar cómo ocuparnos en estas cosas. Pero creo que con los que se menciona en la carta a los Filipenses serán suficientes. 

En primer lugar, debemos tomar en cuenta que así como la salvación es por obra de Dios, así también la santificación es por obra de Dios. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” (Filipenses 1:6) 

Debemos demostrar amor por nuestros hermanos. “que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento,” (Filipenses 4:9). 

Orando por todos tus hermanos tal y como lo hizo Pablo para que tus hermanos: “vean la diferencia entre el bien y el mal, y escojan el bien.” (Filipenses 1:10 PDT) “a fin de que lleven una vida pura e intachable hasta el día que Cristo vuelva.” (Filipenses 1:10 NTV) 

Estando “unidos en alma y pensamiento.” (Filipenses 2:2) Para cuando vengan las pruebas. Que mejor contar que contar a tus hermanos las pruebas o luchas por las que estás pasando para que puedan orar por ti, en vez que creas que eres autosuficiente, al pensar que no necesitas la oración de tus hermanos por ti. 

No haciendo nada por orgullo. Al contrario, hacerlo TODO con humildad, considerando a los demás como superiores a ti mismo. (Parafraseando Filipenses 2:3) 

No buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. (Filipenses 2:4 LBLA) 

Nuestra actitud debe ser como la de Cristo Jesús BAD, la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo BLS, Debemos pensar y actuar como Cristo Jesús PDT (Filipenses 2:5) Antes de hacer o decir algo, debemos preguntarnos: ¿Cómo actuaría Cristo ante esta situación? ¿Cómo respondería Cristo o que diría Cristo sobre esto? Y la respuesta a cómo debemos actuar o decir está en la Biblia. No hay otro libro que nos hable Cristo. Puedes seguir estudiando toda la carta de Filipenses para saber como ocuparte en tu salvación, no por temor a perderla sino con un temor reverente hacia el Dios que te salvo eternamente. 

Gracia y paz.

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